ANDAS



"En 1792, con orden de la superioridad, se encargaron al artífice de Córdoba, don Bartolomé Aranda Gálvez, unas andas de plata de 1.349 onzas y 14 adarmes. La plata costó a 20 reales la onza, y el trabajo 14 reales onza. Importó 44.000 reales, pero la hechura, según las reglas de arquitectura, de un tabernáculo rotundo y majestuoso, ascendieron a 45.328 reales». "Para ello se dieron al peso varias alhajas de plata y el resto se pagó con donativos y con tondos del caudal del Santísimo Cristo. El 6 de septiembre se terminó de pagar en Albacete».

«Fue a Córdoba a hacerse cargo de las andas un cofrade, le acompañó un prebendado de aquella Catedral. Se exigió el peso exacto, la calidad de ley en la plata con certificado de don José Espejo, delegado ensayador de oro, plata y demás metales de las Reales Casas de la Moneda por el Rey».

«Estas andas, con otras alhajas de plata de la Cofradía se entregaron a unos comisionados de la autoridad civil y eclesiástica en marzo de 1811 para invertir su valor en beneficio de la nación que se encontraba en condiciones difíciles. Hubo gran hostilidad para cumplir la orden por parte de la Cofradía y del vecindario pero se cumplió al fin la orden y el Santísimo Cristo se quedó sin joya tan preciada». «Al constituirse la nueva Cofradía se adquirieron las que hoy posee la Sagrada Imagen. Son de plata Meneses, estilo gótico, resultando totalmente adecuadas para el templete».

Desde 1811, en que se llevaron las andas de plata traídas de Córdoba, hasta 1901 en que se adquirieron las nuevas, el Santísimo Cristo fue sacado en procesión en unas andas de madera construidas en El Bonillo por un maestro carpintero del que ignoramos su nombre.

15-VIII-1901.

Se rompieron las andas del Santísimo Cristo y se adquirieron unas nuevas, «comisionando a don Gabriel Fernández Céspedes para que se traslade a Madrid con este fin, siendo a cuenta de esta Cofradía cuantos gastos se originen».

El comisionado don Gabriel Fernández Céspedes suponemos que era pariente del Presidente Nato (Cura Párroco) don Daniel Céspedes, sin embargo, afirmamos que llevó a cabo muy bien la gestión encomendada porque aquí están las andas desde entonces y, además, hizo otras gestiones para la Cofradía porque, aproximadamente un mes antes, el 5-VII-1901, el Consejo Directivo acordó, como se indica en otra parte de este libro: «En atención a los servicios prestados a la Cofradía, gestionando la fabricación de troqueles y medallas, se le regalen, en pago de dichos servicios al referido señor seis medallas de las de plata».

En el inventario del 23-VIII-1903 figuran las andas como: «unas magníficas andas con armadura de madera. Constan de dos cuerpos chapados por completo con piezas de metal blanco (plata Meneses), con dibujos en relieve y remates estilo gótico, los planos van forrados de terciopelo encarnado y en el segundo cuerpo se colocan unos ángeles pequeños (son 8) de metal blanco que sostienen con las manos unos mecheros con hermosas tulipas». (*)

21-IX-1902.

«Hacer una funda de bayeta para las andas del Santísimo Cristo porque, al notar que se oxidan, es de necesidad absoluta su buena conservación».

«Hacer un borriquillo con fuerza suficiente para colocar las andas y unos tornos adecuados para colocar la imagen cuando se saca procesionalmente».

23-VII1.1903.

Se acordó «adquirir 2 mástiles para llevar las andas por 8 individuos».

10-VIII-1913.

«Encargar un pedestal para colocar al Santísimo Cristo en el novenario pues la cera daña las andas».

Hasta finales del siglo XIX las andas con el Santísimo Cristo eran llevadas, tanto en la procesión del 4 de marzo como en la del 14 de septiembre, por sacerdotes y frailes. Así, en 1731 se abonaron 22 reales de vellón a la Comunidad de Reverendos Padres Agustinos de esta villa por venir a la procesión del Santísimo Cristo. Vinieron 11 (once) frailes. Es decir, les pagaron 2 reales de vellón a cada uno. Pero los frailes se fueron del pueblo y el número de sacerdotes que se juntaron no era suficiente para llevar las andas por lo que el 2-111-1902 y eI7-IV-1902 se acordó «establecer turno entre los hermanos mayores para la conducción en las procesiones del 4 de marzo y 14 de septiembre por no haber suficiente número de sacerdotes. Igualmente, se nombraron «los que habían de coger del palio, prestar servicio en las mesas petitorias en la Iglesia, en el camarín y en la Capilla de la calle del Cristo».

(*) Los mecheros llevaban velas pero, en la actualidad, llevan lámparas alimentadas por acumuladores (baterías) de 12 voltios situadas debajo de las andas. Atrás queda también el tiempo en el que, a la entrada de la Imagen en la Plaza, en las procesiones, se sacaba un cable eléctrico desde la vivienda de Antonio Hidalgo (Periquete) que iluminaba al Santísimo Cristo durante unos minutos.

Recordamos el nombre de algunos devotos bonilleros (Juan Olallo Morcillo Villoldo, Manuel Aparicio Oliver, Luis Rodríguez Achau, Amador Flores Pérez), que, entre otros, sacan sobre sus hombros la Sagrada Imagen, en sus andas, en las procesiones. Después se van turnando las personas que lo desean (mujeres también, ¿por qué no?) a lo largo del recorrido procesional. Y, después, a la entrada, el típico «cernido» y el asalto a los claveles. Pero es mejor que lo veas, lector, a que yo te lo cuente.

12-X-1911.

Figuraban en el inventario:

- Una gran verja de hierro que cierra toda la entrada (se refiere a la Capilla de la Iglesia), con cerrojo y cerradura; en la parte superior, un escudo de madera dorada.

- Una hornacina de sabina calada y tallada por los hermanos Aparicio (Melchor y Juan Ramón), por cuenta de la Hermandad.

- El Santísimo Cristo, imagen pintada al óleo en tabla de nogal, de cuatro piezas. Va encerrado en fuerte estuche de plata y peana de lo mismo, tres piezas y tiene delante un cristal de una pieza, biselado.

Fragmento extraído de "El Santo Cristo de mi Lugar, 100 años de cofradía" escrito por Enrique Játiva Moral. El Bonillo. 2003.