Novenas


A continuación os mostramos el desarrollo de las Novenas del Santísmo Cristo de los Milagros que se venera en la villa de El Bonillo en las fechas anteriores a la celebración del Día del Cristo.

ACTO DE CONTRICION

Señor mío Jesucristo, por ser tan bueno como sois, me pesa en el alma de haberos ofendido y siento infinito de que no me pese más; propongo con vuestra gracia, antes morir que pecar y de apartarme de las ocasiones de ofenderos. Amén.

ORACIÓN PARA DAR PRINCIPIO

Soberano Jesús mío, Redentor de los hombres, que para librarlos del cautiverio en que el demonio los tenía por el pecado, quisÍsteis morir en una cruz afrentosamente, derramando vuestra preciosa Sangre, borrando con ella la escritura de eterna condenación que los ejecutaba en el Tribunal de la Divina Justicia y para más obligarnos a vuestro amor, la derramásteis de nuevo en esta Santa Imagen en el Sudor copioso que tuvo por diecisiete días continuados; dadme Señor, un sentimiento y dolor de vuestras penas, para conseguir el perdón de mis pecados y la gracia que os pido en esta Novena, si ha de ser para vuestra Mayor Gloria y bien de mi alma. Amén.

ORACIÓN DEL PRIMER DIA

Jesús Omnipotente, que llegada la hora de Vos tan deseada de padecer por el hombre, dísteis licencia a vuestros enemigos para que se levantasen contra Vos, ofreciéndoos gustoso a todos los tormentos que su malicia y crueldad os preparaba, sin que os detuviese su cruel ingratitud. Aquí Señor, tenéis un pecador arrepentido, desengañado de haber seguido el partido del mundo, del demonio y de la carne, vuelvo a Vos como oveja perdida, para que me recibais en el aprisco de vuestra gracia, ofreciéndome a padecer con resignación cuantas penas y trabajos me dispense vuestra Divina providencia; para que así consiga el perdón de mis pecados, con la gracia que os pido en esta Novena, si ha de ser para gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Aquí se rezan cinco Padrenuestros en reverencia de las cinco llagas.

Veneremos y adoremos las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo:

A la llaga del pie izquierdo

Si el apartarme de tu Ley santa
culpas sin cuento me ocasionó,
por esa llaga de tu pié izquierdo,
misericordia pido, Señor.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Amen.


A la llaga del pie derecho:

Con mis acciones y mis palabras
miles de ofensas te hice, Señor.
Pero en Tí espero, por esa llaga
del pié derecho, hallar perdón.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Amen.


A la llaga de la mano izquierda:

Mucho he pecado con mis sentidos,
martirizando tu corazón.
Pero, Dios mío, por esa llaga
de tu siniestra, ten compasión.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Amen.


A la llaga de la mano derecha:

Como los clavos, mis tres potencias
te taladradon sin compasión.
Más, por la llaga de tu derecha,
arrepentido, pido perdón.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Amen.


A la llaga del costado:

Tu pecho abierto, benigno ofrece
seguro puerto de salvación
a aquél que exclama, de amor deshecho:
misericordia Dios de Sión!.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Amen.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Padre eterno, Dios inmenso, por la Divina complacencia que en todas sus obras os dio Jesucristo, vuestro Divino Hijo y principalmente cuando se ofreció a padecer una muerte afrentosa y satisfacer con ello los derechos de nuestra justicia, violada por los pecados de los hombres; yo os suplico que miréis a Jesucristo vuestro amado Hijo y os compadezcais de nú, pues renunciando desde ahora los placeres y vanidades del mundo, propongo practicar las virtudes, asistido de vuestra gracia y de Jesucristo, que reina con Vos, en unidad del Espíritu Santo, por todos los Siglos. Amén.

Aquí avivando la fe y alentando la esperanza se pedirá la gracia que se desea conseguir.

A CRISTO CRUCIFICADO

Alma de Cristo, sacrifícame, Cuerpo de Cristo, sálvame,

Sangre de Cristo, embriágame, Agua del costado de Cristo, lávame, Sudor de Cristo, vivifícame,

Pasión de Cristo, confórtame,

Oh buen Jesús, oyeme,

Escóndeme entre tus llagas,

No permitáis que yo me aparte de ti,

Defiéndeme del enemigo maligno, En la hora de mi muerte llámame, Mándame venir a ti,

Colócame dentro de ti,

Para que con tus ángeles y Santos te alabe por todos los siglos. Amén.


A continuación canto de los GOZOS:

GOZOS AL SANTISIMO CRISTO DE LOS MILAGROS

Para ser fuente de gracia venís de Roma a este pueblo. ¡Oh Cristo de los Milagros.

sed nuestro amparo y consuelo!

Una nube refulgente os anuncia, Milagroso admirados los testigos,

a un tiempo lloran de gozo; así el trono de piedad

al cielo descubre el velo.

¡OH CRISTO, ETC.

En esta cruz repetísteis, ¡Oh, pelícano amoroso! estar diecisiete días

con un sudor prodigioso de aquella sangre, conque resucitas tus hijuelos.

¡OH CRISTO, ETC. Quisísteis volar, Señor para auxiliar en la muerte, a una devota mujer

que sólo instaba por verte; pues en tus alas está nuestra salud y consuelo.

¡OH CRISTO, ETC.

Colocado en la parroquia siete estrellas os rodean, resplandecen más que el sol guiando a los que os veneran; y pues ya te hemos hallado

te invocamos con anhelo.

¡OH CRISTO, ETC.

Si en los trabajos del cuerpo, o entre vides' arrastrados, entre ruinas, o en el fuego

os invocan sepultados;

o en aflicciones del alma, veloz remedia tu celo.

¡OH CRISTO, ETC.

Como sois de los Milagros, el Cristo por apellido,

en Vos todos son milagros

y milagros conocidos; \llesrra cruz, vuestra penuria mesrra dulzura del cielo.





Con la estructura de la novena del primer día que acabamos de señalar,  cambiamos la oración correspondiente a la oración de cada día.


SEGUNDO DIA

Pacientísimo Jesús, que contento con veros preso, atado, escupido, escarnecido y abofeteado sufristeis ser azotado para satisfacer la rabia de vuestros enemigos; quienes descargaron sobre Vos más de cinco mil azotes, dejándoos en punto de morir; ruego os sea de vuestro agrado concederme tal resignación que sufra con humildad y paciencia los azotes de las adversidades, que me purifique de la escoria de mis culpas, con la que os he ofendido, para que acompañándoos en las penas, viva y muera en vuestra gracia. Amén.

TERCER DIA

Supremo Rey de la gloria, que para curar nuestra soberbia y vanidad, quisísteis ser tratado como Rey de burlas, poniendo en vuestra cabeza una corona de espinas y en vuestra mano una caña por cetro, enseñándome con esto a ser humilde y a despreciar cuanto el mundo estima suplicoos me deis un claro conocimiento de la bajeza de mí mismo y de la vanidad de las honras que el mundo ofrece, para que siendo compañero vuestro en los oprobios y afrentas, consiga serlo en vuestras eternas honras en la Gloria. Amén.

CUARTO DIA

Oh mansísimo Jesús, que expuesto por Pilatos delante de todo el pueblo, para moverlo a piedad al veros tan lastimado, quisísteis para el sonrojo de encontrarle tan furioso contra Vos, pidiendo a gritos que os quitase delante y os sacara a suplicio, para darme  a entender que vive engañado quien se deja llevar de los aplausos de este mundo; concederme tal desnudez de espíritu, para que teniendo en adelante por sospechosas y nocivas las alabanzas mundanas, sólo anhele sus desprecios que es el honor que a mis obras corresponde, para que viviendo en esta vida humillado, logre por vuestros méritos ser exaltado en la Gloria. Amén.

QUINTO DIA

Inocentísimo Jesús, que cual otro Isaac os abraz~steis con la cruz para ser en ella crucificado, sólo por ir en ella encerrados mis pecados y los de todo el mundo, ofreciéndoos en sus brazos por sacrificio para borrarlos, dadme Señor, valor y fuerza para que os siga con mi cruz, llevándola con resignación por vuestro amor; pues así espero gozar de vuestra vista, que es el blanco de mis deseos y el de todos los Santos en la Gloria, para alabaros con ellos eternamente. Amén.

SEXTO DIA

Jesús redentor mío, que llegando al Monte Calvario entre angustias, penas y dolores, os dejásteis desnudar de vuestras vestiduras, quedándoos en cames, cubiertos de heridas, mandándoos tender en la cruz para ser clavado en ella de pies y manos, para enseñarnos así que la más heróica virtud es el padecer y penar; os suplico Señor, me deis un ánimo tan grande, que no aparte jamás mi cuerpo de pena alguna, hasta verme con Vos crucificado con los clavos de la obediencia y santo temor, en reconocimiento de lo que Vos sufristeis por mi amor; para que así crucificado y limpio de toda mancha de culpa, os alabe eternamente en la Gloria. Amén.

SEPTIMO DIA

Sapientísimo Jesús, que siendo la misma inocencia, perrnitísteis, para dar más aumento a vuestras penas, que os pusiesen entre dos ladrones, para que os tuvieran por peor que ellos y así vuestra estimación quedase abatida; concederme un gran dolor de haberos ofendido con mi soberbia y demás vicios y pueda desagraviaros con una penitencia que siendo agradable a Vos, me restituya a vuestra amistad en esta vida, para gozar de vuestra presencia en la Gloria. Amén.

OCTAVO DlA

Enamoradísimo Jesús, que viendo ya cumplidas en Vos todas las profecías de vuestra Pasión y muerte, no hallando ya más que padecer por vuestro amor, se os hizo tan sensible la sed de más tormentos, que os obligó a dar voces para expresarla y a poner en manos del padre vuestro Santísimo espíritu, quedando difunto con asombro del Cielo y de la tierra. Dadme Señor, tal sed de padecer por vuestro honor y gloria, que vaya en aumento mientras viva; pues si hasta aquí he sido insensible, no será así en adelante; pues asistido de vuestra gracia, espero se parta mi corazón en dolor, hasta derretirse en lágrimas de pura pena y daros de este modo, alivio en vuestros tormentos y por este medio alcanzar vuestra Gloria. Amén.

NOVENO DlA

Suavísimo Jesús, que para manifestaros el Inmenso amor que nos tenéis, no contento con las infinitas demostraciones que nos habeis dado en el decurso de vuestra vida, perrnitísteis que un soldado os abriera el pecho y partiera el corazón, dando puerta abierta al resto de vuestra sangre y a las cristalinas aguas de vuestra gracia, en los siete Sacramentos, que son la medicina verdadera para recobrar la vista perdida por la culpa; dadme Señor, un vivo sentimiento de haberos sido tan ingrato, traspasando vuestro amante corazón con la cruel lanza de mis culpas. Me postro, Dios mío a vuestros pies y os suplico limpiéis mi corazón con esa sangre, para que aprovechándome de su valor infinito por medio de los Santos Sacramentos, quede amigo vuestro para siempre y goce con Vos de la eterna bienaventuranza. Amén.